Incluso las personas mas fuertes se rompen, los corazones mas duros se agrietan, los amores mas intensos se desgastan y las sonrisas mas bonitas se apagan.
Las personas más queridas desaparecen, en las que mas confiamos nos traicionan y a las que mas amamos nos abandonan.
Pero lo importante es que la luz que hay dentro de ti no se rompa, agriete, desgaste o apague, porque no eres nada sin esa luz, no eres nada sin la chispa que te hace respirar, es tan valiosa que a cada minuto que la evitas pierdes una parte de tu vida.
Porque esa chispa es la que te hace ser feliz, a pesar de la tristeza, de las decepciones, de los anhelos, de la nostalgia, de la impotencia, de la rabia y de la ira.
Debes aprender a conservarla, porque por más que cueste es la que va a ayudarte a cumplir tus promesas, la que va a ayudarte a hacer felices a los demás, la que va a ayudarte a crecer como persona, pero sobre todas las cosas, es la que va a ayudar a que los que están a tu alrededor crezcan contigo.
Y que aquellos que están en tu corazón y no están a tu lado, aquellos a los que anhelas y aquellos a los que desearías todo lo que tu misma eres incapaz de tener, se sientan orgullosos de ti, y algún día comprendan que hay huellas en el corazón que no se borran y hay inmensidades que no hay persona que entienda.
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