Ríete de aquellos que te hicieron llorar y apóyate en aquellos que lloraron contigo, no le cierres las puertas a aquellos que quieren entrar y confía en aquellos que creas merecedores de tu confianza. Nunca lo entregues todo, deja siempre algo para mañana
Y llora, llora cuando lo necesites, cuando quieras gritar de rabia. Llorar no es de débiles. Aprende de tus errores, ya no puedes enmendarlos, puedes aprender de ellos, y acuérdate, son ellos los que te han enseñado, has sido tu quien los ha cometido y has sido tu quien ha permitido que te hagan daño.
Aprende, aprende y vive, como si mañana fueses a despertarte en otro lugar, rodeada de otra gente, mejor no conocer a nadie que sentir que nadie te conoce.
Pero sobre todo sorprende, y demuestra lo que quieres, lo que valoras, lo que vales, lo que necesitas. Y aunque tu sueño se aleje, no logres lo que quieres y sientas que ya no podrás, recuerda que eres joven y que siempre podrás hacer todo lo que no hiciste y demostrar quien eres, pero sobre todo, ser quien quisiste ser.
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